Antes de convertirse en el papa Benedicto XVI, el cardenal Joseph Ratzinger se negó a expulsar a un sacerdote estadounidense que había confesado abusar de numerosos niños e incluso había estado encarcelado por ello, simplemente porque el cura se negó a aceptar el castigo de la Iglesia.
El caso es la evidencia más reciente de cómo los cambios a las leyes eclesiásticas incorporados durante el papado de Juan Pablo II dejaron con las manos atadas a los obispos estadounidenses mientras enfrentaban una crisis de abusos sexuales que terminó por explotar años después.
Documentos judiciales del caso del fallecido sacerdote Alvin Campbell, de Illinois, obtenidos por The Associated Press, revelan que Ratzinger cumplió con el derecho canónico de esa época al rechazar el pedido de un obispo que quería destituir al sacerdote. La única razón fue que el abusador no aceptó la sanción...LEER MAS
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