Esa es la conclusión de un estudio llevado a cabo en Estados Unidos con cerca de 500 personas a quienes se siguió desde la niñez hasta la adultez.
La investigación -publicada en Journal of Epidemiology and Community Health (Revista de Epidemiología y Salud Comunitaria)- encontró que los abrazos, besos y declaraciones abiertas de amor de la madre a su bebé parecen fomentar la capacidad de resistencia y recuperación emocional.
La clave, afirman los investigadores, podría ser un vínculo fuerte y seguro entre la madre y el hijo.
A pesar del creciente interés que existe en el papel que juegan las experiencias de los primeros años de vida en la salud adulta, casi no ha habido estudios que hayan podido seguir a los participantes desde la niñez hasta las etapas posteriores de la vida.
Los investigadores de la Universidad de Duke, en Carolina del Norte, sí pudieron seguir ese registro con 482 personas que participaban en el Proyecto Perinatal de Colaboración Nacional.
Los científicos midieron con pruebas psicológicas la calidad de la interacción entre las madres y sus bebés cuando éstos tenían ocho meses.
Al final de cada sesión, el psicólogo calificó la forma como la madre respondía a las emociones y necesidades del niño...CHEKEA AKI
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